Reencuentro con la ciudad

En este mundo digital estamos más fácilmente expuestos a tener acceso a otras ciudades, bien sea en tiempo real o por imágenes tomadas ya más elaboradas.

Encontramos hermosas imágenes de ciudades europeas, con sus callejones empedrados y su diversidad de puertas y ventanas que nos transportan a historias y cuentos. O de urbes modernas, de alto flujo de personas con arquitectura que hace unos años podría haber sido llamada “futurista” o “espacial”, y sin embargo nos perdemos en ellas, armando un mapa mental de fotografías vistas o de aceras y locales recorridos.

Y muchos de nosotros caemos en la comparación. Cosa que me parece fatal, porque es como comparar tu casa con la del vecino, cuando son familias de diferentes realidades.

Sin embargo, Caracas (mi bella y caótica Caracas), posee un contraste arquitectónico que es simplemente hermoso. Una mezcla de espacios clásicos, de espacios post-modernista y de arquitectura rural, todo confluente en una pequeña ciudad. Solo que lo damos por sentado, sabemos que está ahí y no le apreciamos, incluso le dañamos con nuestro desinterés.

Así que hoy te invito a que la veas de nuevo, que recorras sus rincones, que te enamores de ella, pues solo el amor puede ayudarnos a mejorarla, a cuidarla, a crecer y hacer de ella lo que debe ser.

Ámala como si fuera tu pareja, como si fuera tu madre, como si fuera tu casa. Trabaja por ella y disfruta de sus espacios.

Te deseo una hermosa relación con tu ciudad 🙂

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